El futuro se llama BiocomercioRolando Aliaga Cárdenas forma parte del reducido grupo de empresarios peruanos que está sentando las bases denativos de nuestra biodiversidad, el procesamiento de estos recursos sin dañar el ecosistema en el que se desarrollan y el reparto de beneficios entre todos los miembros de la cadena productiva.
Es una tendencia mundial que tiene en los mercados de Estados Unidos, Europa y Asia a sus principales clientes, señala Helena Sisniegas, directora general de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente. Por ello, hace dos años nació la Unión para el Biocomercio Ético (UEBT, por sus siglas en inglés), que valida que las empresas interesadas cumplan con los estrictos requisitos.
En el 2009, Rolando Aliaga, gerente de Inversiones de 2A S.R.L., quiso obtener la validación de la UEBT por su trabajo con la maca. Tenía como respaldo cinco años de experiencia en el rubro y ser uno de los ganadores del concurso nacional de biocomercio organizado por el Ministerio del Ambiente.
El ingeniero agrónomo estaba seguro de que jugarían a su favor su excelente relación con los ocho campesinos de la Meseta del Bombón (Junín) que le proveen de maca, así como el cuidadoso procesamiento de la materia prima en su planta. Tras varias pruebas --¿entre ellas, entrevistas a sus empleados y proveedores, así como la presentación de un plan de trabajo con la maca por los próximos cinco años- Aliaga cumplió con los requisitos que le exigió la UEBT. Ahora solo debe esperar la confirmación de su admisión en este selecto grupo y la entrega de un distintivo para sus productos.
LOS CLIENTES VERDES
"¿Si el Perú siempre ha vendido productos de su biodiversidad, cómo beneficia ahora a los empresarios ser parte del biocomercio?", le preguntamos a Vanessa Ingar, coordinadora del Programa de Promoción de Biocomercio de Prom Perú.
"Sí, siempre hemos comercializado productos de nuestra biodiversidad, pero el enfoque del biocomercio es hacer esto bien y, por ello, obtener más ganancias. Por eso, trabajamos con un producto de la mano con las comunidades que viven en su entorno, respetando su conocimiento ancestral y el medio ambiente, con el fin de no agotar este recurso", refiere Ingar.
En el Perú, hay 100 empresas que trabajan con productos de nuestra biodiversidad, que solo en el 2009 exportaron US$100 millones. De estas solo ocho han aceptado las reglas de la UEBT.
Según Vanessa Ingar, el objetivo es motivar a que más empresas acepten estas reglas de juego para preservar nuestra biodiversidad y capturar a los denominados consumidores o clientes verdes, a quienes no solo les satisface saber que consumen un productivo nativo y orgánico sino que detrás de él existen agricultores contentos con el pago recibido por su producto y el manejo adecuado del medio ambiente en el que este se desarrolla.
UN EJEMPLO PARA REPLICAR
La empresa Perú Inka es parte del Consorcio Grupo Empresarial Cusco Alimentos Andinos-Andean Food, que en el 2009 también ganó el concurso nacional de biocomercio. Además de convertir diversos granos andinos en barras energizantes, granola, sopas y cremas en polvo, snacks y golosinas, Perú Inka ha basado su desarrollo empresarial en una relación cordial con los agricultores de la región que son sus proveedores.
Entre ellos se encuentra la familia Delgado, que vive en las afueras de San Salvador, un pequeño pueblo de la provincia de Calca, en el Valle Sagrado de los Incas. Hasta hace cuatro años, ellos cosechaban 1.700 kilos de kiwicha y, con suerte, vendían esa producción a S/.2 el kilo. Pero en el 2002, cuando Walker Delgado tomó contacto en una pequeña feria agropecuaria con Perú Inka, las cosas empezaron a cambiar.
Carlos Benavides, gerente de dicha empresa, les propuso comprarles toda su kiwicha si ellos eran capaces de duplicar la producción y utilizar solo fertilizantes naturales. Un ingeniero agrónomo los asesoraría. Hoy, los Delgado entregan 3.000 kilos de kiwicha y el pago se hace de acuerdo al precio del mercado, que en esta temporada alcanza los S/.5 por kilo.
"[Ser parte del biocomercio] es un compromiso de caballeros ante el mundo de que queremos hacer bien las cosas", dice Rolando Aliaga para resumir el próximo ingreso de su empresa a la UEBT. Esta experiencia podría replicarse a partir del segundo semestre de este año, cuando se inicie en nuestro país un proyecto que, con apoyo de la cooperación internacional, buscará motivar a que más empresas tiendan a este tipo de negocios con sustentabilidad económica, social y ambiental para el futuro.
Fuente: El Comercio
Bibliografía
14 de Marzo del 2010
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